Una historia que mezcla honestidad, asombro y algo de indignación ha captado la atención en redes sociales: un joven encontró un bolso con 236 millones de pesos en efectivo, lo devolvió íntegro… y recibió como recompensa apenas 30 mil pesos y una silla plástica.
El joven, cuyo nombre no ha trascendido, relató que encontró el bolso mientras iba camino a su trabajo. En lugar de quedarse con el dinero, publicó un mensaje en redes sociales informando que devolvería el contenido si el dueño podía demostrar su propiedad: “Ese dinero no es mío, no lo sudé, no me lo gané”.
La historia rápidamente se viralizó y permitió que el dueño legítimo del bolso se pusiera en contacto. Luego de comprobar la pertenencia, el dinero fue entregado en su totalidad.
Como agradecimiento, el joven recibió una modesta suma de $30.000 y una silla Rimax. Aunque muchos aplauden su ética, no faltan las voces que cuestionan la escasa retribución por un acto tan honesto. La anécdota ha dejado una reflexión flotando en el aire: ¿vale la pena ser tan correcto en un país donde la recompensa a veces no está a la altura de la acción?