Una fuerte oleada de críticas generó la decisión del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de Estados Unidos de reducir en un 50 % la ayuda que ese país otorga a Colombia, recorte que se aplicaría en el presupuesto de 2026 y que es interpretado como una advertencia por el deterioro de las relaciones bilaterales bajo el gobierno de Gustavo Petro.
Con 35 votos a favor y 27 en contra, el Comité aprobó destinar 209 millones de dólares para Colombia, la mitad de los recursos entregados el año pasado. Los recortes más significativos se dieron en las áreas social y económica, con un 66 % menos, y en seguridad, con una reducción del 26 %. La medida aún deberá ser discutida en la plenaria de la Cámara de Representantes y en el Senado estadounidense.
Desde Washington se argumenta que los fondos de cooperación se reducen, condicionan o retienen a los países que no avanzan en intereses compartidos, lo que evidenciaría la preocupación de EE. UU. por el manejo de temas como seguridad, lucha antidrogas y estabilidad democrática en Colombia.
La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal criticó con dureza al gobierno de Petro, señalando que ha sumido al país en una crisis de confianza internacional. “El demoledor informe del Comité de Asignaciones no es solo una advertencia presupuestaria, es un juicio político a una administración que ha debilitado la seguridad, desmantelado el Estado de derecho y puesto en peligro nuestras relaciones estratégicas”, afirmó Cabal.
También advirtió que mientras el mundo observa con preocupación el crecimiento del narcotráfico, el resurgimiento de grupos armados ilegales y el deterioro institucional, el gobierno colombiano responde “con ideología, improvisación y alianzas con regímenes enemigos de la democracia”.
Por su parte, el exsenador Ernesto Macías calificó como una “vergüenza internacional” el recorte y subrayó que una de las preocupaciones de Washington radica en el “consumo de drogas entre altos miembros del gobierno de Gustavo Petro”.
El recorte en la ayuda de EE. UU. se da en medio de un complejo escenario de seguridad y relaciones exteriores para Colombia, lo que podría afectar programas de cooperación clave en materia de lucha contra el narcotráfico, fortalecimiento institucional y proyectos sociales en el país.