Con 66 votos a favor en la plenaria del Senado, Héctor Carvajal, abogado cercano al presidente Gustavo Petro, fue elegido como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. La elección no solo completa la terna presentada por el mandatario, sino que marca un giro significativo en el equilibrio del alto tribunal en medio de debates clave para el gobierno.
Carvajal no es un nombre desconocido en los círculos de poder. Su trayectoria como defensor del actual presidente en varios procesos de alto perfil, incluido el recordado caso de su destitución como alcalde de Bogotá por parte del exprocurador Alejandro Ordóñez, lo ha consolidado como uno de los juristas de mayor confianza de Petro. Su experticia en derecho administrativo y civil lo ha convertido, además, en una figura influyente detrás de bambalinas en decisiones trascendentales.
La terna presidencial la completaban Karena Caselles y Dídima Rico, también juristas de renombre. Sin embargo, fue Carvajal quien logró la mayoría parlamentaria para ocupar la silla vacante dejada por la magistrada Cristina Pardo.
Su llegada a la Corte no está exenta de controversia. Se produce en un momento en que el tribunal deberá pronunciarse sobre temas tan sensibles como la Reforma Pensional —una de las principales banderas del gobierno Petro— y la facultad del Consejo Nacional Electoral para investigar las finanzas de su campaña presidencial.
Durante su intervención en el Senado tras ser elegido, Carvajal se anticipó a las críticas. “Con mi llegada a la Corte se pierde el temor de que vaya a llegar una persona que, por ser cercana al presidente, no goce de imparcialidad”, afirmó. Reiteró su independencia y compromiso con la defensa de la Carta Magna.
Más allá de sus palabras, el reto que enfrenta será convencer, desde sus fallos, de que su paso por el Palacio de Nariño no compromete su rol como intérprete de la Constitución. En un país donde las instituciones aún se ven atravesadas por la polarización, su papel como magistrado será observado con lupa.