El joven conductor, Rubén Darío Marín, manejaba una Toyota Prado sin licencia y a alta velocidad, dejando a una víctima gravemente herida, que podría perder la visión.
Una serie de actos irresponsables que comprometen a la secretaria de Educación del departamento de Córdoba, Jennys Yances, y a su hijo Rubén Darío Marín Yances, terminaron en tragedia. Una joven estudiante de psicología casi pierde la vida y está a punto de quedar sin visión en un ojo.
Todo esto ocurrió en la ciudad de Montería, Córdoba, cuando una camioneta Toyota Prado, en aparente exceso de velocidad, perdió el control, se salió de la vía y la joven Natalia Garcés Llorente voló por una de las ventanas cayendo contra el pavimento.
El hecho se dio hace ya tres meses, el 11 de diciembre de 2024 entre las 10 y las 11 de la noche, pero —según la víctima— se desconoce el paradero del joven Rubén Darío Marín Yances, quien desde el mismo momento del accidente se dio a la fuga.
Sin embargo, hay que aclarar que aunque los familiares de la víctima afirman que se desconoce el domicilio actual de Marín Yances, este sí se conecta a las audiencias. Su mamá, la secretaria de Educación, afirmó que está en Montería.
La revista Semana tiene en su poder los reportes de las autoridades sobre lo ocurrido ese día, así como los documentos del vehículo y hasta la evidencia de que Rubén Darío Yances no tenía licencia de conducción y aun así era quien manejaba la camioneta. También el informe de las autoridades en el que consta que se voló del lugar luego de ocurrido el accidente.
Se habla de un posible estado de alicoramiento, pero la prueba de alcoholemia nunca pudo ser realizada.
Una persona que estaba ese día en el lugar registró en video la presencia del hijo de la secretaria de Educación en el sitio antes de que huyera de su responsabilidad.
En otro documento en poder de SEMANA se lee: “El conductor de la camioneta no se encuentra en el lugar. En el momento de llegar al lugar, la policía de tránsito a conocer el evento, por eso, es imposible realizar la prueba de embriaguez, ya que no tengo contacto con el conductor”.
El aparatoso accidente por el cual nadie responde quedó consignado en este reporte de las autoridades: “Se deja constancia del caso conocido por la patrullera Laura Barbosa y el patrullero Martínez Ruiz Jorge, donde el operador de turno nos informa vía radio de comunicaciones que en la glorieta de Mocarí hay un accidente de tránsito. Al llegar observamos un vehículo tipo camioneta en el separador de la vía que conduce de Mocarí al terminal de transportes”.
Lo más grave del caso, y así quedó documentado, es que Rubén Darío Marín, pese a que una de sus acompañantes casi muere en medio de los hechos, salió corriendo del lugar.
“El vehículo, de marca Toyota TXL, de color gris plata, de placas FUR 163. De acuerdo con información de las personas, perdió el control y se salió de la vía, en el vehículo iban varias personas, exactamente cuatro (…); es de anotar que el conductor del vehículo se dio a la fuga, según versiones podría llamarse Rubén Marín, aunque no se cuenta con más datos”, se lee en el reporte de las autoridades.
El hecho no solo es un escándalo en la ciudad de Montería, también hay serios cuestionamientos a la Fiscalía que —luego de tres meses— no ha tomado decisiones, no ha hecho efectiva la solicitud de embargo realizada por la defensa de la joven estudiante de psicología Natalia Garcés Llorente, quien además tuvo que dejar sus estudios porque se encuentra en un tratamiento de reconstrucción del rostro, con implicaciones muy graves para su visión.
Tampoco ha ubicado al joven que, sin tener licencia de conducción, a alta velocidad y en probable estado de alicoramiento, causó el accidente. A las audiencias asiste el representante legal y él se conecta, pero la familia de la víctima asegura que ya no está en Montería, versión que fue negada por la secretaria Yances.
La revista Semana se comunicó con la secretaria Jennys Yances Padilla para preguntarle por el motivo por el cual su hijo, sin licencia, manejaba el vehículo.
Yances Padilla contestó la llamada, pero al preguntarle por el caso cortó. Tampoco contestó los mensajes de WhatsApp. Al siguiente día devolvió la comunicación, explicando que en medio de este lío ha recibido llamas extrañas y requería corroborar que se trataba de una llamada de Semana.
Sin embargo, al preguntarle por la situación, afirmó que estaba pasando por un momento muy difícil, que había tenido una audiencia sobre este caso y que prefería hablar más adelante.
