Desde las afueras de la Fundación Santa Fe, el senador Jota Pe Hernández rompió su silencio y responsabilizó directamente al presidente Gustavo Petro de fomentar un clima de hostilidad que, según él, ha puesto en riesgo la vida de los líderes de oposición. Visiblemente conmovido tras visitar a Miguel Uribe Turbay, quien permanece en estado crítico luego del atentado en Bogotá, el congresista santandereano elevó una oración por su recuperación y anunció acciones inmediatas desde el Legislativo.
“Le pido a Dios por la vida de Miguel. Pero también elevo mi voz para decir con claridad que la vida de los opositores está en peligro a causa del mismo gobierno. Petro no solo divide, también alienta el odio”, declaró Hernández, con tono firme. Sus palabras se suman al creciente coro de voces que exigen garantías para el ejercicio democrático.
El senador confirmó que varios miembros del Congreso presentarán denuncias formales esta semana, para dejar constancia institucional del riesgo que enfrenta la oposición en Colombia. “No es un caso aislado ni espontáneo. Es el resultado de un ambiente alimentado desde el Palacio de Nariño”, sostuvo.
El pronunciamiento se produce en medio de la incertidumbre por el estado de salud de Uribe, quien fue víctima de un atentado mientras adelantaba su campaña presidencial. La respuesta del gobierno, hasta ahora, ha sido calificada como ambigua y carente de autocrítica frente al lenguaje polarizante que se ha adoptado en los últimos meses.
La tensión escala mientras sectores del Congreso, medios y organizaciones internacionales observan con preocupación el deterioro del clima político. Para Hernández y otros opositores, la línea entre el debate y la amenaza ya fue cruzada.
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