Como era de esperarse y después de un mes de paro nacional en el país, comenta el ministro de Salud, Fernando Ruiz, la dinámica de la pandemia en la que se hicieron presentes nuevas variantes del Sars-CoV-2 como resultado de la fatiga de las personas a la hora de aplicar las medidas de prevención y como consecuencia de las manifestaciones a nivel nacional donde se han dado aglomeraciones, aumentaron las cifras de casos y muertes que coincidencialmente, van desde el inicio del paro nacional, pero que además se puede explicar por varios factores.
Es bueno recordar y tener en cuenta que desde el pasado 26 de abril al 2 de mayo, donde comenzaron las primeras movilizaciones, el país estaba registrando 3.349 muertes por covid-19 y 119.191 casos nuevos de coronavirus semanales.
En ese entonces, las cifras representaron una caída del 1,92 % en las infecciones comparadas con las del 19 al 25 de abril, pero un aumento del 10,78 % en las defunciones frente a los siete días previos.
Ampliando el panorama, se puede deducir que si bien los fallecimientos se incrementaron en la semana que comenzó el paro, lo hicieron en una dimensión menor, en medio de una tendencia decreciente de la mortalidad que se estaba presentando. Y es que en las semanas previas, desde finales de marzo, estaban aumentando al 22,86 %, 57,59 %, 35,87 % y 23,94 %, respectivamente.
Igual sucede con las infecciones informadas, que empezaron a aumentar a niveles menores semana tras semana desde el 12 de abril, al punto que para el comienzo del paro la tendencia se quebró y disminuyeron comparativamente por primera vez en varios meses.
De hecho, en la semana posterior a las primeras movilizaciones (del 3 al 9 de mayo), las cifras de la pandemia en Colombia vieron una caída del 8,47 por ciento en los casos nuevos y del 5,83 por ciento en los fallecimientos reportados por covid-19. Fue el primer descenso desde mediados de marzo, cuando arrancó la tercera ola.
No obstante, la semana siguiente, la del 10 al 16 de mayo, que se ubica 14 días después de las primeras marchas, las cifras volvieron a ascender: las infecciones fueron 115.668 (aumento del 6,01 %) y los decesos por covid-19 3.446 (9,25 % más que la semana anterior).
Esa fue la primera semana de la pandemia en la que Colombia dio cuenta de más de 3.400 muertes por coronavirus, nivel que se mantuvo para los siguientes siete días (del 17 al 23 de mayo), cuando se registraron 3.424 defunciones por esta causa, pero que se elevó hasta 3.558 entre el 24 y el 30 de mayo, en lo que hasta ahora es el máximo de letalidad en 15 meses, con 508 fallecimientos en promedio.
Si se tiene en cuenta el tiempo de incubación del virus, de rezago en el reporte y que las estancias en unidades de cuidados intensivos se han prolongado en esta tercera ola de la pandemia por tratarse en su mayoría de pacientes más jóvenes, se puede indicar que las muertes conocidas por el país la semana pasada fueron infecciones que seguramente se presentaron en la primera quincena de mayo.
Por el lado de los casos reportados, el comportamiento en el reporte es similar. Se ubicaron por encima de los 114.000 del 10 al 16 y del 17 al 23 de mayo (dos y tres semanas después de las primeras jornadas del paro), y entre el 24 y el 30 (tras un mes) alcanzaron un nivel histórico de 150.823, con un promedio diario de 21.546.
Otro indicador clave es el de las muertes por fecha de ocurrencia y allí se puede apreciar que el 28 de abril, con 484, es por ahora uno de los días con más decesos registrados. Y que el 21 de abril (antes del paro), por ejemplo, fallecieron 495 personas, el 1.° de mayo 494, el 7 de mayo 493 y el 11 de mayo 498. En otras palabras, lo que se ha informado no permite visibilizar un repunte en la mortalidad por fecha de ocurrencia atribuible al comienzo del paro.
Julio César Castellanos Ramírez, director del Hospital Universitario San Ignacio, afirma que, de acuerdo con esos números, la sociedad con su comportamiento le impuso un ritmo a la pandemia que hoy se evidencia con una meseta en el punto más alto del tercer pico. Y es claro en decir que la principal carga está en la gente y sus interacciones.
Sin embargo, Álvaro Cardona, doctor en salud pública y profesor de la Universidad de Antioquia, dice que las cifras de la pandemia comenzaron a elevarse de manera acelerada desde mediados de marzo y que no se puede comprobar que el impacto de las aglomeraciones dadas en el marco del paro nacional haya sido tan grande porque existen otros factores que determinan estos aumentos.
Luis Jorge Hernández, doctor en salud pública, afirma que al observar una positividad de más del 30 por ciento en el país, que en Bogotá ha bordeado el 40 por ciento, se demuestra que la propagación del virus sigue en expansión.
Y apunta que si bien la curva pandémica debió comenzar a bajar en la segunda quincena de mayo, esto no ha ocurrido por varias razones. Primero, por el impacto de las aglomeraciones en medio del conflicto social que no ha sido resuelto por el Gobierno. Segundo, por la circulación de variantes de preocupación del Sars-CoV-2 como la brasileña, la inglesa y la andina, que han mostrado ser más infecciosas; tercero, por los malos resultados del Prass; y cuarto, por un ritmo de vacunación que apenas ahora comienza a despegar.
Frente a esto, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, afirmó que esta situación crítica se mantendrá por todo el mes de junio, postura con la que coincide Hernández. En ese sentido, lo más probable es que la ocupación de las unidades de cuidados intensivos se mantenga con riesgo de colapso, al igual que otras áreas hospitalarias que hoy enfrentan escasez de suministros; así como la circulación del virus, en razón a que la mayoría de la población sigue siendo susceptible al virus.
D.A.