El paro armado de tres días ordenado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia ya ha dejado 51 hechos de intimidación en diferentes regiones del país, lo que ha generado un clima de miedo y preocupación en varias comunidades. El paro fue declarado como una respuesta a lo que el ELN considera “amenazas de intervención imperialista” de Estados Unidos.
Desde su inicio el domingo, las autoridades han reportado 51 incidentes atribuibles al ELN en departamentos del norte, oriente y occidente de Colombia, zonas con presencia activa de la guerrilla. De estos, 38 corresponden a la instalación de banderas y otros símbolos de la guerrilla, un acto que el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, calificó como “terrorismo mediático”. Aunque muchos de estos actos no han causado víctimas directas, algunos han dejado consecuencias graves.
Entre los incidentes más destacados, un atentado con una motocicleta bomba contra un peaje en La Lizama, Santander, dejó herida a una trabajadora. Además, el asesinato de un conductor de ambulancia en Puerto Santander, Norte de Santander, en un hostigamiento contra un puesto policial, también ha causado gran consternación. El conductor, identificado como Agustín Pabón, fue alcanzado por las balas mientras trasladaba a una mujer embarazada a un hospital.
Por otro lado, las fuerzas militares han neutralizado varios artefactos explosivos con insignias del ELN en las carreteras de Norte de Santander y Cauca, y también se ha reportado la quema de un autobús de transporte público en Antioquia, que causó alarma en la población.
Este paro armado, que finalizará el 17 de diciembre, es una manifestación del rechazo del ELN a las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a la “intervención imperialista” en América Latina. Durante estos paros, el ELN suele restringir la movilidad en las zonas afectadas, imponer el cierre de comercios y lanzar amenazas contra quienes no acaten sus órdenes.
El presidente Gustavo Petro rechazó la medida, asegurando que ha ordenado a la fuerza pública atacar al ELN. Los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y el ELN, que habían comenzado en noviembre de 2022, fueron suspendidos en agosto de 2024 debido a violaciones al cese al fuego bilateral y a la escalada de violencia en la región del Catatumbo.









