Andrés Otero, presidente para América Latina de Guidepost Solutions, analiza las posibles consecuencias de la crisis generada por las recientes tensiones entre el Gobierno de Colombia y los Estados Unidos.
La crisis en la que está nuevamente Colombia con los Estados Unidos podría tener repercusiones profundas en la seguridad nacional y en las elecciones de 2026. Así lo advierten expertos analistas conocedores de la relación entre ambos países.
Uno de ellos, Andrés Otero, presidente para América Latina de Guidepost Solutions, es enfático en señalar que detrás de lo que está sucediendo hay un interés por beneficiar a los grupos armados ilegales.
“Estamos viviendo una crisis diplomática sin precedente con los Estados Unidos. Esto por dos motivos. El primero, por las acusaciones infundadas de la Administración Petro, que Marco Rubio y otros funcionarios del gobierno americano estarían detrás de una conspiración para darle un golpe de Estado. Nada más ajeno a la verdad”, señala.
El experto asegura que detrás de esto hay un tema de mucho fondo.
“La realidad es que Petro está utilizando esta narrativa antiyanqui para justificar algunas de sus acciones y así romper relaciones históricas de más de cuatro décadas con nuestro principal aliado en la región”.
¿Qué busca Petro con esto? Otero responde así:
“Primero, que las agencias de inteligencia como la DEA, el FBI y la CIA empiecen a desconfiar de la administración colombiana, se vayan rompiendo relaciones y en la medida que se rompen esas relaciones, los grandes beneficiarios son los narcos y la delincuencia organizada. Por ende, Estados Unidos tiene que ser muy cuidadoso y no jugar la carta que quiere Petro”.
Otero agrega que
“él quiere que le quiten la visa, él quiere que a su familia le quiten la visa, a su séquito cercano en el gobierno le quiten la visa, nos descertifiquen para él tener una excusa de utilizar una narrativa antiyanqui para no solamente hacer un autogolpe, sino así tratar de perpetuarse en el poder. Muy grave para Colombia”.
“El presidente Petro calcula que pelearse con Trump y Rubio puede darle beneficios políticos. En la medida que se acerca la decisión sobre certificación y la campaña en Colombia se intensifique, es difícil imaginar que las tensiones van a bajar”, advierte Michael Shifter, el expresidente de Diálogo Interamericano.
“Es la continuación de una actitud que hizo crisis el 26 de enero y así continuará. Y otra invitación a la descertificación en septiembre”, explica el exembajador Fernando Cepeda. Para él, Petro y Trump chocan porque están buscando lo mismo. Para el mandatario colombiano, agrega, lo mejor que le puede pasar es la descertificación porque
“es una bandera electoral, un bocado de cardenal”, a solo un año de las elecciones de 2026.
Shifter asegura que “
es crucial que cabezas frías en Washington y Bogotá prevalezcan. Hay que prepararse para algunos meses difíciles en la relación bilateral. Espero que pronto pase la tormenta”.Y Cepeda agrega que
“solo el nombramiento de un canciller apropiado podría cambiar el curso”.
Adriana Mejía, exembajadora y vicecanciller en dos periodos, asegura que solo hay una salida: la diplomacia empresarial, parlamentaria, cultural, de organizaciones de la sociedad civil y de oficiales retirados de la fuerza pública, entre muchos otros sectores.
“Solo de esa manera será posible mantener la fortaleza de los vínculos que unen a los dos países, alejados del talante personalista, provocador y radical que caracteriza a quien ostenta la jefatura de Estado”, puntualiza.