La violencia contra la Fuerza Pública ha llevado a la Policía Nacional a tomar una decisión sin precedentes: los uniformados podrán llevar su arma de dotación a casa.
En un país donde ser policía se ha vuelto sinónimo de blanco, la institucionalidad responde con lo que tiene: defensa propia. Así lo confirmó este martes el director de la Policía Nacional, general Carlos Triana, al anunciar que los uniformados podrán portar sus armas de dotación incluso cuando estén fuera de servicio, en sus hogares.
La medida fue revelada en una entrevista con Noticias Caracol, en medio de una ola de asesinatos selectivos contra policías que ya deja 17 muertos en las últimas semanas. Los ataques, atribuidos al Clan del Golfo, se han concentrado en los departamentos de Antioquia, Cauca, Bolívar, Córdoba, Magdalena y Norte de Santander.
“Son unos cobardes que afectan la integridad de los policías que se dedican a descansar”, expresó Triana, visiblemente indignado por la arremetida contra sus hombres. Y es que los recientes homicidios no han sido producto de enfrentamientos, sino de ataques dirigidos, muchos de ellos ejecutados cuando los policías se encontraban en sus días de descanso o en entornos civiles.
La decisión, que sin duda genera debate, refleja una realidad alarmante: ser policía en Colombia hoy no garantiza descanso ni seguridad, ni siquiera en casa. Con esta directriz, se busca que los uniformados tengan al menos la posibilidad de defenderse ante un posible ataque, aunque para muchos representa también una señal de lo desbordada que está la situación.
Mientras tanto, el país se pregunta si esta es una medida de protección efectiva o apenas un parche ante una amenaza que requiere soluciones más profundas y estructurales.