Verónica Alcocer, esposa del presidente Gustavo Petro, ya se encuentra nuevamente en Colombia luego de varias semanas fuera del país, en medio de las dificultades generadas por su inclusión —junto al mandatario y su hijo Nicolás— en la denominada lista Clinton, lo que había afectado su movilidad internacional.
De acuerdo con información conocida, las sanciones habrían provocado restricciones operativas por parte de varias aerolíneas con vínculos comerciales en Estados Unidos, que optaron por no vender tiquetes para evitar eventuales inconvenientes legales. Esta situación habría impedido inicialmente el regreso de la primera dama, hecho que fue cuestionado públicamente por el jefe de Estado, quien manifestó su inconformidad frente a las limitaciones impuestas.
Fuentes consultadas confirmaron que Alcocer logró retornar al país en un vuelo comercial, luego de gestiones realizadas desde el Gobierno nacional. Aunque no se han entregado detalles oficiales sobre el itinerario ni sobre las condiciones específicas del viaje, se indicó que el regreso se concretó tras superar los obstáculos administrativos derivados de las sanciones.
La permanencia de Verónica Alcocer en Suecia estuvo rodeada de controversia, principalmente por versiones sobre los presuntos costos de su estadía y por publicaciones de medios extranjeros que señalaron su participación en actividades sociales de alto perfil. Adicionalmente, surgieron señalamientos sobre una supuesta injerencia en el proceso de adquisición de los aviones Gripen a la empresa sueca Saab, afirmaciones que han generado debate público, aunque sin pronunciamientos oficiales concluyentes.
Hasta el momento, ni la Presidencia ni la propia Verónica Alcocer han emitido un comunicado detallado sobre su regreso o sobre las polémicas asociadas a su estadía en el exterior.




