“El Pte Petro nunca me invitó a la JEP, esas 4 reuniones con él me llevaban era al bobicomio”, afirmó Uribe, durante declaraciones que generaron gran atención en el ámbito político nacional.
La polémica surge después de que Petro, en un discurso durante la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Santa Marta, revelara un supuesto diálogo privado con Uribe, en el que le habría propuesto someterse juntos a la JEP.
Petro aseguró que su propuesta no nace del odio, sino de la necesidad de priorizar la verdad histórica y buscar la reconciliación. Según el mandatario, Uribe no solo debía responder por la controversia sobre presunto soborno de testigos, sino también por crímenes de lesa humanidad, masacres y la fundación del paramilitarismo en Colombia.
“Y no hablo con el odio, se lo dije personalmente: hermano, vamos a la JEP ambos, es la verdad lo que hay que priorizar. Me interesa cuidarlo a él, a sus hijos y a sus bienes”, manifestó Petro.
El presidente también defendió su concepto de “perdón social”, insistiendo en que fue malinterpretado durante su campaña. Aclaró que su intención era generar reconciliación y protección de víctimas y victimarios, no pactos con grupos criminales.
La oferta de Petro, que incluía incluso garantías para la seguridad de Uribe y su familia, marca un nuevo capítulo en la tensa relación política entre dos de las figuras más influyentes de Colombia.









