La inclusión de la Primera Dama de Colombia, Verónica Alcocer, en la denominada ‘Lista Clinton’ (oficialmente, la lista de Nacionales Especialmente Designados y Personas Bloqueadas de la OFAC) ha puesto nuevamente bajo la lupa su relación con el gobierno de Gustavo Petro, sus bienes y su participación en actos públicos y diplomáticos.
A diferencia del inicio del mandato presidencial, cuando Alcocer mostró un alto movimiento diplomático y participación activa, su influencia en la esfera política se ha reducido desde 2024. Según la revisión de la Unidad de Datos de El Tiempo, la Primera Dama no figura actualmente en contratación estatal y su protagonismo en eventos oficiales ha sido limitado en los últimos meses.
Separación física y control de recursos públicos
El presidente Petro se ha referido en dos ocasiones a la separación física con Alcocer, enfatizando que desde entonces no ha habido uso de fondos públicos en beneficio de ella.
En un trino del 25 de octubre, dirigido a Juan Manuel Galán, Petro manifestó su inconformidad por su inclusión en la lista de la OFAC y señaló que la medida “perjudica” a Alcocer, con quien aseguró llevaba años separado físicamente.
Al día siguiente, en respuesta a Fernán Martínez, quien lo acusaba de utilizar a su esposa para obtener beneficios de dinero público, Petro aclaró:
“Ni un peso público ha salido para ella desde que estamos separados físicamente”.
Actividad política y diplomática reciente
Durante los primeros años del gobierno, Alcocer se destacó por su participación en actos oficiales, acompañamiento a misiones diplomáticas y eventos internacionales. Sin embargo, la revisión de los últimos meses muestra que su presencia en la administración ha disminuido, limitándose principalmente a actividades protocolares y participación en programas sociales de carácter institucional, sin protagonismo en la toma de decisiones políticas o económicas.
Esta situación evidencia un distanciamiento funcional, aunque su nombre sigue apareciendo en la esfera pública por la vinculación mediática con la OFAC y el contexto de la ‘Lista Clinton’. La Primera Dama, por ahora, mantiene un perfil bajo en comparación con la etapa inicial del gobierno, mientras el país sigue observando el desarrollo de las implicaciones internacionales de su inclusión en la lista de Estados Unidos.









