La historia no espera. Esta noche, desde las 7:30, el Leopardo enfrenta un reto mayúsculo en tierras brasileñas, con la clasificación pendiendo de un hilo.
Después de 25 años de ausencia en la Copa Libertadores, Atlético Bucaramanga vive su momento más decisivo. Esta noche, en el imponente estadio Arena Castelão, el equipo santandereano se mide frente a Fortaleza en la quinta fecha del Grupo E, con una consigna clara: ganar o comenzar a despedirse del sueño continental.
No hay margen para el error. El conjunto dirigido por Rafael Dudamel llega al duelo con el envión anímico de haber derrotado 2-0 a Independiente Medellín en la liga colombiana, pero con la presión de saberse obligado a sumar de a tres si quiere seguir en carrera en el torneo internacional más prestigioso del continente. En la tabla, Racing de Avellaneda lidera por diferencia de gol, mientras Fortaleza ocupa el segundo puesto.
El equipo brasileño, que viene de aplastar 5-0 a Juventude en el Brasileirao, contará con la presencia del colombiano Dylan Borrero, una de sus cartas ofensivas más peligrosas. Fortaleza, actualmente en la undécima posición del campeonato brasileño, buscará sellar su clasificación en casa, ante su gente.
Bucaramanga, por su parte, ha viajado con la nómina completa y la ilusión intacta. La escuadra amarilla sabe que depende de sí misma para escribir una página inédita en su historia reciente. La responsabilidad es grande, pero también la oportunidad: una victoria lo dejaría a las puertas de una clasificación que parecía lejana.
El partido se jugará en un escenario con recuerdos imborrables para el fútbol colombiano: el Arena Castelão, donde la Selección Colombia cayó 2-1 ante Brasil en los cuartos de final del Mundial 2014. Esta vez, será otro equipo cafetero el que busque cambiar la historia.
El árbitro del encuentro será el paraguayo Derlis López, encargado de impartir justicia en un juego que promete intensidad, emociones y drama hasta el final.
Para Bucaramanga, esta no es solo una noche más. Es el momento de demostrar que está listo para codearse con los grandes, para soñar en voz alta y para hacer de esta Libertadores algo más que una participación: un camino memorable.