Por: Yasher Bolívar Pérez
El estadio General Santander vivió una tarde llena de emociones cuando Cúcuta Deportivo consiguió el ascenso después de vencer 2-1 en los 90 minutos a Real Cundinamarca y rematar la hazaña en los penales. La gente acompañó de principio a fin, empujando a un equipo que necesitaba ganar para igualar la serie y que encontró respuestas en momentos claves, especialmente con el gol de Jonathan Agudelo que encendió al estadio.
Real Cundinamarca no fue un rival sencillo. Su arquero Kevin Cataño mantuvo a su equipo con vida durante gran parte del partido, evitando goles cantados y convirtiéndose en figura. Aun así, Cúcuta insistió, tuvo dos penales desperdiciados y pasó por tramos de tensión, pero nunca se desconectó de la idea de buscar el ascenso. El empate parcial de los visitantes no frenó el impulso de los motilones, que mantuvieron la presión hasta forzar la definición desde el punto blanco.
En los penales, el dramatismo se multiplicó. Ambos arqueros atajaron cobros, pero fue Cúcuta el que mantuvo la frialdad necesaria para cerrar la serie. El remate definitivo de ‘Jopito’ Álvarez selló el regreso del club a la primera división, desatando una celebración que hacía años no se vivía en la frontera. El ascenso llegó con sufrimiento, pero también con la convicción de un equipo que se negó a rendirse.









