Por: Yasher Bolívar Pérez
La euforia por la victoria de los Golden State Warriors en el primer duelo ante los Minnesota Timberwolves se vio empañada por una noticia que impacta el equilibrio de la serie: Stephen Curry se perderá el segundo partido tras sufrir una distensión en el tendón de la corva izquierda. Aunque el equipo logró imponerse en el Target Center, el diagnóstico difundido por el insider Anthony Slater dejó claro que la ausencia del base será, al menos, parcial y estratégica en el corto plazo.
Steve Kerr, consciente del peso emocional y táctico de perder a su principal figura, confirmó en rueda de prensa que el cuerpo técnico se prepara para afrontar el próximo encuentro sin Curry. La estrella de los Warriors abandonó el partido tras apenas 13 minutos en cancha, en los que anotó 13 puntos —incluyendo tres triples— y dejó al equipo con una ventaja de +10. Pese a no dar declaraciones posteriores, su entorno y compañeros, como Draymond Green, reconocieron que su estado físico ya venía generando preocupación.
La lesión se produce en un momento crucial, en el que los Warriors buscan retomar protagonismo en una serie que se anticipa exigente y de alta intensidad. Sin su faro ofensivo, Golden State deberá reinventarse táctica y anímicamente para resistir el empuje de unos Timberwolves que buscarán aprovechar la ausencia de Curry para equilibrar la contienda. El peso del liderazgo ahora recae en un colectivo que, por necesidad más que por elección, deberá responder a la adversidad con altura.