Por: Yasher Bolívar Pérez
A sus 37 años, Stephen Curry volvió a demostrar que el paso del tiempo aún no ha encontrado forma de detenerlo. El base de los Golden State Warriors firmó una actuación magistral con 42 puntos, incluidos seis triples, para liderar la victoria 137-131 sobre los Denver Nuggets en la prórroga. El triunfo deja a los Warriors con un balance de 2-0 tras superar a los Lakers y a unos Nuggets que comenzaron dominando, pero se diluyeron ante el empuje de un Curry que anotó 22 puntos entre el último cuarto y el tiempo extra.
Mientras Nikola Jokic vivió una noche discreta —21 puntos, 13 rebotes, pero con un 8/23 en tiros—, los Warriors mostraron una versión sólida y combativa, con Jimmy Butler, Draymond Green y Al Horford complementando la genialidad de su líder. Incluso Jonathan Kuminga, que parecía marginado meses atrás, se reivindicó como pieza clave en el cierre del partido, defendiendo con intensidad y aportando equilibrio en ambos lados de la cancha.
En un duelo que también dejó una exhibición monumental de Aaron Gordon (50 puntos y 10 triples), los Warriors confirmaron que, pese a la veteranía de su núcleo, siguen siendo un rival temible. En medio de una NBA rejuvenecida, Curry continúa siendo el corazón que late al ritmo del triple y mantiene viva la llama de una dinastía que se niega a apagarse.



