Por: Yasher Bolívar Pérez
El FC Barcelona vivió una tarde para el olvido en el Sánchez-Pizjuán. El Sevilla de Matías Almeyda se impuso con un contundente 4-1 ante un Barça irreconocible, superado en intensidad, ritmo y convicción. Flick apostó por su delantera más ofensiva, pero el plan se desmoronó ante la presión y el acierto sevillista, que aprovechó cada error defensivo azulgrana.
Los goles de Alexis Sánchez, Isaac Romero, Carmona y Akor Adams desnudaron todas las carencias de un Barcelona que ya venía tocado tras la derrota europea frente al PSG. Solo un destello de Marcus Rashford maquilló una primera parte en la que el equipo culé fue un mar de dudas. El público de Nervión celebró un triunfo que devuelve ilusión a los suyos y deja al Barça lleno de preguntas antes del parón internacional.
Ahora, Hansi Flick tiene dos semanas para recomponer a un grupo que ha perdido confianza y frescura en el momento más exigente del curso. Con los focos puestos en su gestión y en el rendimiento de figuras como Lewandowski o De Jong, el técnico alemán afronta su primera gran crisis desde que llegó al banquillo culé. En Barcelona, la preocupación ya no es solo el resultado, sino la imagen.