Por: Yasher Bolívar Pérez
A veces el fútbol deja algo más profundo que goles y trofeos: deja vínculos forjados en la exigencia compartida, en los silencios del vestuario y en las batallas superadas juntos. Así se entiende el conmovedor mensaje con el que Mohamed Salah se despidió de Luis Díaz, tras su partida oficial del Liverpool al Bayern Múnich. “Tu energía, empuje y pasión en la cancha han dejado una huella imborrable”, escribió el egipcio, en una muestra de respeto que trasciende lo deportivo.
Salah no se limitó a reconocer la entrega del colombiano dentro del campo. Fue más allá, resaltando su carácter en los momentos más difíciles fuera de él. “Lo que pasaste habría destrozado a la mayoría, pero regresaste con fuerza y lo diste todo por el club”, dijo, en clara alusión al secuestro del padre de Díaz, episodio que marcó su paso por Anfield y que también mostró su resiliencia ante la adversidad.
“Como compañero, eras confiable. Como amigo, aún más”, concluyó el delantero. Un adiós sincero, nacido desde la admiración mutua y el respeto entre pares. Díaz se va del Liverpool con la frente en alto, y con el respaldo de una figura como Salah, que no acostumbra palabras ligeras.