Por: Yasher Bolívar Pérez
El Dodger Stadium vivió una noche que quedará grabada en la memoria de los fanáticos. Después de más de seis horas de juego y 18 entradas de pura tensión, Freddie Freeman se convirtió en el héroe al conectar el jonrón que le dio la victoria 6-5 a los Dodgers sobre los Azulejos de Toronto. La celebración fue total: los jugadores corrieron al campo, los fanáticos estallaron en gritos y la emoción se apoderó de Los Ángeles.
Shohei Ohtani también tuvo una actuación de ensueño. Conectó dos cuadrangulares, impulsó carreras clave y fue una pieza fundamental para que su equipo se mantuviera con vida durante un duelo que parecía interminable. Cada turno al bate era una batalla, y Ohtani no falló: bateó de 4-4 y recibió cinco bases por bolas, demostrando por qué es una de las grandes estrellas del béisbol actual.
Con esta victoria, los Dodgers tomaron la delantera 2-1 en la Serie Mundial. El cansancio era evidente, pero también la satisfacción. “Fue un juego eterno, pero valió la pena cada lanzamiento”, comentó Freeman tras su batazo ganador. Este martes volverán al campo con el mismo objetivo: seguir soñando con otro título para Los Ángeles.









