Por: Yasher Bolívar Pérez
La inminente llegada de Alberto Gamero al banquillo del Deportivo Cali arranca marcada por un revés deportivo: la eliminación del club en la fase de grupos de la Copa BetPlay 2025. Aunque el entrenador samario aún no ha sido oficializado, ya enfrenta su primer obstáculo simbólico, pues el equipo finalizó último en un grupo accesible, sin mostrar reacción ni jerarquía.
Esta derrota temprana compromete el inicio del nuevo ciclo técnico, que deberá centrarse exclusivamente en la Liga BetPlay II. Gamero hereda un equipo con bajo rendimiento, limitado músculo financiero y sin margen de error en la tabla del descenso, donde cada punto pesa como plomo.
Con pocas cartas para negociar refuerzos de peso, el reto inmediato para el exentrenador de Millonarios no será solo reconstruir el plantel, sino recomponer el ánimo de una hinchada escéptica y de una institución que transita por uno de los momentos más frágiles de su historia reciente.