Por: Yasher Bolívar Pérez
El Junior de Barranquilla atraviesa uno de sus momentos más complejos del semestre. A la frustrante actuación del equipo en los cuadrangulares, se suma ahora la confirmación de dos bajas sensibles: Carlos Bacca y Déiber Caicedo fueron operados del tendón de Aquiles y no volverán a vestir la camiseta rojiblanca este año. Las intervenciones quirúrgicas, ya realizadas, marcan un punto de quiebre en una campaña que ya arrastraba dudas.
Bacca, emblema del club y uno de sus referentes históricos, sufrió la lesión durante el calentamiento previo al partido contra Medellín. Caicedo, por su parte, apenas había ingresado cuando también sintió molestias. Uno por la derecha, el otro por la izquierda: ambos quedan fuera en un momento clave. Aunque no hay un parte oficial sobre el tiempo de recuperación, fuentes internas señalan que su regreso se daría solo hasta 2026, lo cual reconfigura la ofensiva tiburona.
El impacto va más allá del campo. En el caso de Bacca, la lesión coincide con el final de su contrato, que vence a finales de junio, lo que abre preguntas sobre su continuidad. Caicedo, recién llegado a comienzos de año, no ha logrado consolidarse como se esperaba. César Farías pierde dos piezas clave y se ve obligado a repensar su esquema ofensivo. Con el semestre perdido, Junior ya piensa en refuerzos, pero también en cómo retomar la confianza extraviada.