Por: Yasher Bolívar Pérez
Contra todo pronóstico, los Indiana Pacers forzaron el séptimo juego de las Finales de la NBA 2025 tras aplastar 108-91 a los Oklahoma City Thunder en el sexto partido disputado en Indianápolis. Tyrese Haliburton, lesionado y en duda hasta último momento, fue clave en la primera mitad para marcar el ritmo de un equipo que se transformó en una tormenta colectiva de intensidad, defensa y ejecución. Al descanso, los Pacers ya ganaban por 22 puntos y el partido parecía sentenciado.
La desconexión de los Thunder fue absoluta: apenas tres asistencias en toda la primera parte, una efectividad de 1/11 en triples y un tramo de más de seis minutos sin anotar entre el segundo y tercer cuarto. Shai Gilgeous-Alexander y Jalen Williams sumaron puntos, pero se vieron superados por la presión, las pérdidas y la falta de respuestas tácticas ante la tormenta amarilla desatada por Rick Carlisle y sus dirigidos, que contaron con grandes actuaciones de Obi Toppin, Pascal Siakam y TJ McConnell.
La serie, ahora igualada 3-3, se definirá el domingo en el Paycom Center de Oklahoma City, donde los Thunder aún conservan la ventaja de localía, pero también cargan con la presión del fracaso inminente si no logran reaccionar. Indiana, en cambio, ha convertido su lucha por sobrevivir en una revolución silenciosa que los tiene a 48 minutos de uno de los títulos más improbables de la era moderna.