Por: Yasher Bolívar Pérez
La temporada 2024-2025 fue una de las más difíciles para los Philadelphia 76ers y para su principal figura, Joel Embiid. Con apenas 19 partidos disputados debido a lesiones y un balance de 24 victorias en 82 juegos, el equipo vivió una crisis que trascendió lo deportivo. El camerunés, en entrevista reciente, abordó por primera vez con franqueza la fractura interna del vestuario, provocada por una filtración a la prensa de una reunión entre jugadores.
Embiid, sin dar nombres, afirmó que sabe quién fue el responsable de difundir lo que debía ser un momento privado para resolver tensiones. La pérdida de confianza resultante no solo afectó el ambiente, sino que, según el propio jugador, alteró para siempre su disposición a participar en estos espacios colectivos. El ambiente tóxico fue alimentado por desacuerdos entre compañeros y una creciente desconfianza que aún hoy persiste.
La ruptura con James Harden también marcó emocionalmente a Embiid. Aunque no fue protagonista del conflicto entre el base y la dirigencia, sí se vio impactado por la salida abrupta de quien fuera su socio en una de las mejores temporadas del equipo. La distancia entre ambos es ahora total. Con un vestuario fragmentado y dudas sobre el futuro, los Sixers enfrentan un proceso de reconstrucción que va más allá de lo táctico: se trata de reconstruir vínculos rotos.