Por: Yasher Bolívar Pérez
El Junior de Barranquilla cerró su participación en los cuadrangulares del Apertura 2025 con una estadística tan elocuente como alarmante: un punto de 18 posibles, cinco derrotas consecutivas y apenas dos goles anotados. Bajo la dirección del venezolano César Farías, el equipo tiburón igualó su peor desempeño en torneos cortos, una marca negativa que no se registraba desde el segundo semestre de 2022, entonces con Julio Comesaña y Arturo Reyes al mando.
La única unidad la obtuvo en el empate 1-1 ante Tolima en Barranquilla. A partir de allí, el declive fue contundente: derrotas ante América (2-1 y 1-0), Medellín (1-0 en ambas ocasiones) y un cierre con caída 2-0 en Ibagué. La producción ofensiva fue mínima y la defensiva, endeble: dos goles a favor, ocho en contra.
Farías, tras la última derrota, asumió la responsabilidad: “Nunca me había pasado esto. Hemos hecho unos cuadrangulares para el olvido, muy malos en cuanto al resultado y la capacidad en las dos áreas”. Su continuidad, hoy, está en duda.
Si bien el peor antecedente histórico se remonta a 1992 —cuando Junior perdió los seis partidos del cuadrangular final bajo la dirección de Comesaña—, lo vivido en este primer semestre de 2025 representa un retroceso evidente para un club que hace apenas dos torneos celebraba un título con autoridad.