Por: Yasher Bolívar Pérez
La NBA decidió pasar de la preocupación a la acción y anunció un paquete de medidas estrictas para enfrentar el impacto creciente de las apuestas deportivas y las prácticas asociadas al tanking. La determinación surge tras varios escándalos recientes que han puesto en entredicho la integridad de la competición y que involucran a jugadores y exjugadores en casos de amaño, apuestas ilegales y vínculos con redes criminales, un escenario que la liga considera inaceptable para su credibilidad global.
Entre las decisiones más relevantes está la modificación profunda en los reportes de lesiones, uno de los focos más sensibles para el mercado de apuestas. A partir de ahora, los equipos deberán actualizar obligatoriamente la información médica el mismo día del partido en una franja horaria definida y renovar los reportes públicos con mayor frecuencia. El objetivo es cerrar el margen a filtraciones estratégicas y a manipulaciones que permitan mover grandes sumas de dinero antes de que la información sea de dominio público.
La liga también estudia imponer límites más severos a las apuestas especiales, aquellas centradas en estadísticas individuales o jugadas puntuales, reduciendo tanto los montos permitidos como el número de jugadores disponibles en ese tipo de mercados. Además, reforzará los programas de educación y los mecanismos de protección frente al acoso de apostadores, así como las capacidades de investigación interna. Con estas medidas, la NBA busca enviar un mensaje claro: la integridad deportiva no es negociable, incluso en una industria donde el negocio de las apuestas crece a un ritmo acelerado.









