Por: Yasher Bolívar Pérez
Luis Díaz necesitó apenas unos minutos para dejar su sello en el Bayern Múnich. En su primer partido con el club alemán, el guajiro ingresó en el segundo tiempo del amistoso ante el Lyon y fue protagonista inmediato: provocó un penalti apenas cinco minutos después de pisar el campo, generó tres ocasiones claras y le cambió el ritmo ofensivo a un equipo que hasta entonces no encontraba profundidad.
La falta de contundencia evitó que su debut tuviera también el premio del gol. Díaz tuvo hasta tres mano a mano ante el arquero rival, incluido uno en el tramo final que hizo levantarse a todo el Allianz Arena, pero el guardameta francés le negó la celebración. Aun así, su actuación fue una bocanada de energía: desbordó, desequilibró y abrió espacios para figuras como Olise y Gnabry.
El impacto del colombiano no pasó desapercibido. Con un traspaso valorado en 75 millones de euros, Díaz se convierte en el tercer colombiano en vestir la camiseta bávara, tras Adolfo Valencia y James Rodríguez. Si lo mostrado ante Lyon es apenas el comienzo, todo apunta a que su historia en Múnich será tan contundente como su fútbol: intensa, audaz y cargada de expectativa.