Por: Yasher Bolívar Pérez
Las Finales de la NBA 2025 siguen demostrando que ningún detalle es menor, y en el Juego 3, Bennedict Mathurin emergió como la pieza inesperada que desequilibró una serie de márgenes mínimos. Desde el banco, el canadiense firmó una actuación histórica con 27 puntos en apenas 22 minutos, guiando a los Pacers a una victoria crucial que los pone 2-1 arriba frente al Oklahoma City Thunder. Su aporte fue mucho más que numérico: fue oportuno, letal y emocionalmente contagioso.
Con un 75% de efectividad en tiros de campo (9-12), 66% desde el perímetro (2-3) y una solvencia casi total desde la línea de tiros libres (7-8), Mathurin no solo lideró la anotación del partido, sino que se convirtió en el motor que impulsó a Indiana en los momentos en que el Thunder parecía tomar el control. Su actuación se enmarca en una élite reservada para muy pocos: según ESPN Stats & Info, es apenas el cuarto jugador desde 1971 que lidera la puntuación en un partido de Finales saliendo desde la banca.
Lo llamativo es la curva ascendente que ha tenido en esta serie: 5 puntos en el Juego 1, 12 en el Juego 2, y ahora 27 en el tercero. Mathurin no solo está respondiendo, está creciendo. En un equipo liderado por Tyrese Haliburton y Pascal Siakam, su irrupción añade una nueva variable ofensiva que obliga a OKC a rediseñar sus ajustes defensivos. En una serie donde ningún favorito se ha consolidado, Mathurin ha puesto su nombre en el centro del tablero y ha dejado claro que en estas Finales el factor sorpresa también juega.