Por: Yasher Bolívar Pérez
El FC Barcelona ha recibido con perplejidad y profundo malestar la noticia de la renovación de Nico Williams con el Athletic Club hasta 2035. La operación, que en los despachos del club blaugrana se daba prácticamente por cerrada, se vino abajo sorpresivamente tras más de dos semanas de intensas negociaciones. La directiva del Barça acusa al entorno del jugador de falta de transparencia y de haber utilizado su propuesta como una herramienta para negociar una mejora contractual en Bilbao.
El club catalán asegura que ya existía un acuerdo verbal con Nico Williams y su agente, Félix Tainta, sobre los términos salariales y los mecanismos de pago de la cláusula de rescisión, prevista para ejecutarse la próxima semana. Incluso se había avanzado en soluciones jurídicas para garantizar la inscripción del jugador, elemento que fue planteado como punto crítico por el entorno del futbolista. Sin embargo, el anuncio oficial de su renovación tomó por sorpresa a la dirigencia culé, que ahora considera que se jugó con su buena fe para presionar al Athletic.
La tensión entre ambas instituciones se agudizó tras conocerse públicamente la reunión entre Deco, director deportivo del Barcelona, y el agente de Nico en junio, hecho que derivó en presiones del Athletic sobre el jugador y una queja formal del club vasco a LaLiga. En el Barça, la indignación ha sido tal que ya se exploran nuevas opciones en el mercado: nombres como Luis Díaz y Marcus Rashford aparecen sobre la mesa como posibles reemplazos para reforzar el ataque tras este nuevo revés en el mercado.