Por: Yasher Bolívar Pérez
Una década después del accidente que cambió su vida, el misterio sobre la salud de Michael Schumacher vuelve a inquietar al mundo del deporte. Esta vez, quien prende las alarmas es Richard Hopkins, exmecánico de McLaren y cercano al entorno del alemán, al afirmar que “no cree que volvamos a ver a Michael”. Sus palabras, cuidadosas pero cargadas de dolor, refuerzan la idea de que la familia mantiene estricta privacidad porque la situación no ha mostrado mejoras significativas.
Hopkins recordó al Schumacher más humano: un padre cariñoso, un esposo dedicado y un hombre sencillo detrás del casco y los siete títulos de Fórmula 1. Mientras tanto, el silencio oficial continúa. Desde su accidente en 2013, ocurrida mientras esquiaba en los Alpes franceses, apenas se conocen detalles y las pocas apariciones públicas relacionadas con él —como la boda de su hija— han sido completamente privadas. Incluso quienes lo conocieron de cerca aseguran que ya no reciben actualizaciones de su estado.
A este panorama se suma un proceso judicial que mantiene bajo presión a su familia: el caso de extorsión en el que tres hombres exigieron dinero a cambio de no divulgar imágenes de su intimidad. El juicio continúa en Alemania y refleja hasta qué punto la figura de Schumacher sigue siendo vulnerable incluso en su ausencia. Entre hermetismo, especulación y esperanza, el mundo sigue esperando noticias que por ahora no llegan.









