Por: Yasher Bolívar Pérez
Oklahoma City Thunder se proclamó campeón de la NBA por primera vez bajo su actual denominación, al vencer 103-91 a Indiana Pacers en un dramático Juego 7 en el Paycom Center. Con una actuación monumental de Shai Gilgeous-Alexander, quien firmó 29 puntos, 12 asistencias y 5 rebotes, el equipo del Oeste coronó una temporada memorable al imponerse en la serie 4-3, en una final inédita y emocionante hasta el último cuarto.
El duelo fue vibrante desde el inicio, marcado por el liderazgo ofensivo de Shai y el dominio interior de Chet Holmgren, mientras que Indiana tuvo que lidiar con la trágica lesión de su estrella, Tyrese Haliburton, en el primer cuarto, lo que alteró por completo su esquema. Aun así, los Pacers ofrecieron resistencia con Mathurin, Siakam y McConnell, pero fueron sobrepasados por la profundidad y temple de un Thunder que no titubeó en el momento decisivo.
Con este título, Oklahoma no solo inscribe su nombre en la élite del baloncesto, sino que también cierra un ciclo de reconstrucción exitoso, cimentado en el talento joven y una cultura competitiva. El desfile por las calles del estado ya está en marcha, mientras la NBA celebra la llegada de un nuevo monarca.