La rivalidad entre Óscar Ruggeri y José Luis Chilavert es de público conocimiento y ya carga el rótulo de legendaria. Pasaron 25 años desde la histórica y violenta patada del defensor en un partido entre Vélez y San Lorenzo. Pero en los últimos días, el Cabezón ya había elogiado al arquero paraguayo y ahora declaró que se sentaría a charlar con él para cortar las diferencias. “Yo ya levanté la bandera blanca. No quiero pelear más con nadie”, anticipó.
“Quiero cambiar, de verdad. ¿Está mal? Te digo de verdad. No ando por la calle peleando. No fui al psicólogo. Nancy (su esposa) cada tanto me tira frases para ver qué respondo… Hablamos porque yo ya tengo nietos, no le digo a mis nietos andá y pegale. No. Quiero que sean felices, que jueguen, respeten, sepan que cuando son más grandes hay que trabajar para poderse comprar lo que quieran. Que el trabajo es dignidad, todo eso le quiero enseñar a mis nietos. De verdad te lo digo. No sé si es porque empecé a ser abuelo y miro de otro lado. Antes me chocaba, te me ponías adelante y te pasaba por arriba. No medía”, reflexionó el emblemático capitán.
“Vos me pones a Chilavert al lado y me pongo a hablar. Pero a charlar de verdad, no a tirarle chicanas. A recordar como éramos de compañeros”, declaró el defensor campeón del mundo en ESPN F90. Y agregó al respecto: “Por ejemplo, con Chilavert que es histórico y que se mantiene ahí como una gran pelea donde no pasó nada, nos llevábamos excelente. Después surgió lo de San Lorenzo y en ese momento yo tenía treinta y pico de años. Ahora estoy llegando a los 60, ya está. Lo que pasó, pasó. Te juro que si un día viene a hablar con nosotros, me pongo a charlar y a preguntarle de la relación esa que teníamos, de la pelea, de las cosas. Nada más”.
Vale recordar que compartieron en el plantel de Vélez en 1992, bajo la dirección técnica de Eduardo Luján Manera y que las chispas comenzaron en los vestuarios de Liniers y tuvo su primera explosión en público durante un Argentina-Paraguay, donde la albiceleste ganó 3-1 con nueve futbolistas luego de dos expulsiones: una fue de ellas fue la de Ruggeri, por lanzarle manotazos a Chilavert y un encontronazo con Roberto Cabañas.
Además, le comenzaron a preguntar por distintos conflictos que Ruggeri tuvo a lo largo de su carrera profesional y apareció el nombre de César Luis Menotti. “¡Por supuesto que hablaría con Menotti! Yo lo sigo respetando a estos tipos que fueron campeones del mundo. Para mí están ahí arriba. A mí me hicieron muy feliz, yo estaba en Corral de Bustos corriendo atrás de un camión con una bandera. Para mí nombraban a Kempes, Passarella, Luque, Tarantini, Olguín, mamita”, explicó el Cabezón.
Pero dentro de todas las peleas que le hicieron recordar a Óscar, hubo sólo una con la que respondió distinto: “A Codesal le preguntaría solamente ‘¿Por qué?’”. El árbitro cobró el penal que le hizo Roberto Sensini a Rudi Voeller en la final de 1990. De esa falta vino el gol de Andreas Brehme que le daría a Alemania la Copa del Mundo en Italia 1990.
“Si tengo el control remoto de mi vida, volvería a cuando jugaba, que no tenía contrato y era feliz. Era feliz de la vida de jugar, de entrenarme. Cuando empecé a jugar al fútbol no sabía que se ganaba plata, quería jugar al fútbol. Yo veía cada tanto que me pasaban un partido en Córdoba, en Corral de Bustos, pero no tenía eso en la cabeza de ‘quiero jugar para ganar un millón de dólares’. A medida que me fui haciendo profesional y fui viendo, fui perdiendo la alegría, porque ya era hay que ganar“, se sinceró el ex defensor.