Por: Yasher Bolívar Pérez
Shohei Ohtani volvió a desafiar la lógica del béisbol moderno con una actuación que ya es historia. El astro japonés lanzó seis entradas y un tercio de dominio absoluto —solo dos hits y una carrera permitida— y además conectó tres jonrones en la victoria 5-1 de los Dodgers de Los Ángeles sobre los Cerveceros de Milwaukee, triunfo que selló la barrida 4-0 y el paso de la novena californiana a la Serie Mundial 2025.
El público del Dodger Stadium fue testigo de una gesta sin precedentes: Ohtani se convirtió en el primer jugador en la historia de las Grandes Ligas, en temporada regular o postemporada, en conectar tres cuadrangulares y ponchar a diez rivales en un mismo partido. Su poder al bate, combinado con la precisión desde el montículo, lo consolidó como el fenómeno más completo del béisbol contemporáneo.
Con esta victoria, los Dodgers clasificaron a su segunda Serie Mundial consecutiva y la quinta en los últimos nueve años, consolidando una dinastía bajo la dirección de Dave Roberts. Mientras Los Ángeles celebra su bicampeonato potencial, el mundo del béisbol rinde homenaje a una noche que trasciende las estadísticas: la noche en que Shohei Ohtani demostró, una vez más, que lo imposible también se puede batear y lanzar.