Por: Yasher Bolívar Pérez
La Superintendencia de Sociedades sometió al Deportivo Pereira al grado de supervisión denominado “control”, luego de constatar que el club atraviesa una crisis económica, contable y jurídica que pone en riesgo su funcionamiento. La medida llega en un momento crítico: el equipo tuvo que terminar la Liga con una nómina juvenil debido a que los jugadores profesionales se rehusaron a competir por la falta de pago de sus salarios.
La entidad aclaró que el “control” es el nivel más alto de supervisión societaria, pero no implica una toma de posesión ni una coadministración. El club mantiene su autonomía, aunque deberá cumplir las directrices necesarias para proteger su operación como empresa y fuente de empleo. El superintendente Billy Escobar sostuvo que el objetivo es actuar preventivamente ante riesgos que afectan el interés general y preservar a una institución clave en el deporte colombiano.
El caso del Pereira se convirtió en uno de los más delicados del fútbol profesional en los últimos años, no solo por el incumplimiento salarial sino por las señales de desorden administrativo. Con esta decisión, la SuperSociedades intervendrá de manera cercana para intentar evitar un colapso mayor, mientras el club busca soluciones urgentes para estabilizar su situación.









