Por: Yasher Bolívar Pérez
Shai Gilgeous-Alexander volvió a demostrar por qué es el rostro de este joven y ambicioso Oklahoma City Thunder. Con 31 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias, lideró la victoria 112-105 sobre los Denver Nuggets, en un partido de altísimo voltaje que deja a su equipo con ventaja 3-2 en la serie de semifinales del Oeste. El desenlace está cerca, y el próximo jueves en Denver puede definirse todo.
Pese a los 44 puntos y 15 rebotes del MVP Nikola Jokic, Denver no logró cerrar un partido que por momentos parecía controlado. La falta de acompañamiento —más allá de los 28 puntos de Jamal Murray— y un cierre frío en ambos costados de la cancha le pasaron factura a los actuales campeones. El entrenador interino David Adelman no ocultó su frustración: “Debimos resolverlo y no lo hicimos”.
El Thunder, que arrancó con un parcial de 12-2 y sufrió para mantenerse en el juego, supo inclinar la balanza en el último cuarto con una ráfaga de Lu Dort desde el perímetro y la sangre fría de Jalen Williams y SGA para sellar un cierre clínico. Si algo dejó claro este juego es que Oklahoma ya no es promesa: es amenaza.