Por: Yasher Bolívar Pérez
Minnesota vuelve a escribir su nombre entre los mejores del Oeste. Los Timberwolves vencieron 121-110 a los Golden State Warriors en el Juego 5 de la serie, la cerraron 4-1 y aseguraron su presencia en las finales de conferencia por segunda temporada consecutiva, donde esperan por el ganador entre Oklahoma City y Denver.
Con un Julius Randle intratable (29 puntos con un altísimo 72% en tiros de campo) y un Anthony Edwards en versión director de orquesta (22 unidades y 12 asistencias), los Wolves dominaron desde el inicio a un Golden State que acusó con dureza la ausencia de Stephen Curry. La lesión del base volvió a condicionar el funcionamiento colectivo de los de Steve Kerr, quienes, pese a los 28 puntos de Brandin Podziemski y el empuje de Jonathan Kuminga, no pudieron sostener el ritmo de Minnesota.
Los Timberwolves mostraron su versión más madura: eficacia ofensiva, circulación de balón (36 asistencias) y récord de franquicia en porcentaje de tiros de campo (62.8%). El camino hacia el anillo sigue abierto, y Minnesota parece más preparado que nunca para recorrerlo.