En el año 2016, el entonces alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, firmó un acta de inicio de las obras de remodelación en el colegio José Eusebio Caro, donde se contemplaba la construcción de 10 nuevas aulas, un laboratorio y una cocina-comedor.
La inversión, según indicó el mismo Char en su momento, sería de $4.100 millones bajo la firma del acta que se hizo con la presencia de la directora del plantel educativo.
Durante el acto, el mandatario dijo que con estas inversiones su administración esperaba seguir mejorando la calidad educativa y que todos los estudiantes tuvieran mejor calidad de vida.
Sin embargo, pasados 7 años, esta situación no ha sido así, y lo que en principio estaba proyectado para mejorar las condiciones de la colegio, hoy se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza.
La institución, que presta sus servicios en la carrera 33 con calle Murillo, está viendo cómo sus instalaciones se están deteriorando y cayendo a pedazos por culpa de unas obras inconclusas.
Salones destechados, insuficiencia de agua potable, escombros en los baños y en el patio del recreo, hacen parte del panorama que hoy se ve en el Colegio José Eusebio Caro.
Sumado a ello, los estudiantes no cuentan hoy con espacios dignos para recibir sus clases, por lo que muchas veces los maestros se ven obligados a enviar a los alumnos para sus casas, ante la falta de herramientas para la enseñanza.
Denuncian los profesores de la institución que el patio del colegio hoy está rodeado de escombros, generando, además, un problema de salud pública para los estudiantes.
Cansados de esta situación, profesores, padres de familia y alumnos realizaron en la tarde de ayer un plantón como protesta al retraso de las obras que hoy tienen al colegio como un verdadero ‘elefante blanco’. Y lo peor: sin un tiempo estimado de entrega de las obras. «¿Qué se hizo el dinero? ¿Por qué las obras no se terminaron?», es la pregunta que a diario se hace el cuerpo docente.
«La rectora firmó con el alcalde Alejandro Char, han pasado 7 años y nos viven aplazando. Esto ha generado desmotivación en los estudiantes, que al ver las condiciones del colegio, no quieren venir a clases», manifestó una profesora.