El caso que estremeció a Soledad y al Atlántico entero dio un nuevo giro judicial. Un juez de la República ordenó la detención intramuros de Deiser Toloza, señalado como el presunto responsable del feminicidio de Gina Paola Rivera, la mujer cuyo cuerpo fue hallado enterrado en el patio de una vivienda del municipio de Soledad.
Aunque Toloza se presentó voluntariamente el pasado martes ante la URI de la Fiscalía en Soledad, no aceptó los cargos que le imputó el ente acusador: feminicidio agravado y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio.
La noticia ha generado conmoción y reacciones en distintos sectores. Irene Rivera, hermana de la víctima, expresó su dolor y exigió justicia:
“Que Dios se encargue de hacer la justicia como la tiene que hacer. No podíamos permitir que él estuviera haciéndole daño a más mujeres”.
Desde el movimiento social, la Red de Mujeres del Atlántico también alzó su voz, pidiendo una respuesta firme por parte del sistema judicial.
“Solicitamos que el peso de la ley caiga sobre él y se agilicen las acciones pertinentes para que exista justicia en este caso”, afirmó Aura Pareja, vocera del colectivo.
El crimen de Gina Paola Rivera ha sido catalogado como uno de los más indignantes del año en la región, y ha reavivado la exigencia de acciones contundentes contra la violencia de género, así como el fortalecimiento de las rutas de atención y protección para mujeres en riesgo.
Mientras avanza el proceso judicial, organizaciones sociales y familiares insisten en que este no debe ser un caso más archivado, sino una oportunidad para enviar un mensaje claro contra la impunidad en los crímenes de feminicidio en Colombia.