Coordinaban extorsiones semanales que les dejaban hasta $60 millones al mes. Operaban con miedo, WhatsApp y cuentas prestadas.
No necesitaban pistolas en la calle ni máscaras para intimidar. Desde los barrotes de la cárcel de máxima seguridad El Barne, en Cómbita (Boyacá), alias ‘Mena’ dirigía con precisión una red de extorsión que sembraba el terror en distintas regiones del país. Su negocio: el miedo. Su método: llamadas, mensajes por WhatsApp y amenazas bien calculadas.
Este cabecilla del Clan del Golfo, con un prontuario de más de diez anotaciones por homicidio, extorsión, tráfico de armas y drogas, había encontrado en la prisión una oficina de mando criminal. Desde allí, coordinaba a su gente afuera: cuentahabientes, reclutadores y cobradores que operaban en ciudades como Medellín, Pereira, Cartagena, Soacha y Barranquilla.
La estructura criminal fue desmantelada esta semana por el GAULA de la Policía Nacional y la Fiscalía, tras una operación simultánea en cinco ciudades. Ocho personas fueron capturadas, siete de ellas con orden judicial por concierto para delinquir agravado y extorsión. Uno fue detenido en flagrancia con un arma de fuego.
Las autoridades incautaron un revólver y dos celulares usados para ejecutar las amenazas. Pero el verdadero hallazgo fue el rastro financiero: cuentas bancarias usadas por los capturados para recibir el dinero que las víctimas transferían bajo presión.
La modalidad de engaño era conocida, pero igual de efectiva: el falso servicio y la estafa del “tío-tía”. Las víctimas eran contactadas, manipuladas y aterrorizadas con historias falsas. Les exigían pagos de entre $20 y $30 millones a cambio de no “tomar represalias”.
Según la Policía, el ritmo era implacable: al menos tres extorsiones por semana, lo que les generaba ingresos de hasta $60 millones de pesos mensuales.
Los capturados fueron identificados como: Andrés Felipe Mena Córdoba (alias ‘Mena’), Pedro Campo Guillermo, Duberlys Beatriz Rhenals Tejeda, Héctor Fabio López González, Ingrith Yulieth Salas Zúñiga, Yeni Marcela Blando Sierra, Densy Yurani Parachique Rivas y Ronald Alberto González Pulido.
El mensaje de las autoridades fue claro: “Ni siquiera tras las rejas hay escondite para quienes insisten en delinquir”.