El más reciente análisis del Sistema Civil de Alertas Tempranas, liderado por el experto en seguridad y ex personero Arturo Medrano, dejó al descubierto un panorama que mezcla dos realidades simultáneas en el departamento del Atlántico: una caída notable en los homicidios y, al mismo tiempo, mutaciones en las dinámicas criminales que exigen atención inmediata.
Menos homicidios, más interrogantes
Noviembre cerró con 66 muertes violentas, una cifra que, aunque dolorosa, representa una mejora considerable frente a las 89 registradas en noviembre de 2024.
La reducción de 23 homicidios —“23 vidas que no se perdieron”, como subraya Medrano— es atribuida a intervenciones preventivas en zonas críticas y al comportamiento reciente de estructuras criminales vinculadas a diálogos de Paz Total.
Pero el descenso no narra toda la historia.
El sicariato sigue marcando el pulso
Pese a la reducción general, la violencia conserva un sello dominante: 52 de los 66 homicidios fueron ejecutados bajo la modalidad de sicariato, empleando la clásica dupla de conductor y parrillero.
El sistema revisó 263 reportes judiciales, concluyendo que esta forma de asesinato sigue siendo el método preferido por redes criminales cuya presencia se ha reacomodado territorialmente.
Barrio por barrio: la geografía de la violencia
El Área Metropolitana de Barranquilla concentró la mayor parte de los hechos con 56 homicidios.
En Barranquilla, donde ocurrieron 34 casos, los focos más críticos se localizaron en:
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El Bosque
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Ciudadela 20 de Julio
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7 de Abril
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Me Quejo – Loma Roja
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Carrizal
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Sierrita
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Villas de la Cordialidad
Según Medrano, en estas zonas opera una subestructura criminal que intenta reimponer control territorial y recuperar rentas ilícitas.
En Soledad, con 14 homicidios, sobresalen barrios como Ciudadela Metropolitana, Las Colonias o Los Campanos, donde incluso fue asesinado un líder de derechos humanos.
Municipios como Galapa (2) y Malambo (1) mostraron cifras menores, aunque con señales de atentados fallidos.
Fuera del área metropolitana, la violencia se distribuyó así:
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Baranoa: 5 víctimas
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Sabanalarga: 4
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Palmar de Varela: 3 (casos ligados a desapariciones previas en Sabanagrande)
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Sabanagrande: 2
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Juan de Acosta: 1
La franja joven: el blanco más recurrente
Un dato alarmante: 24 de las víctimas tenían entre 7 y 28 años.
Para Medrano, esto evidencia la persistente instrumentalización de adolescentes en actividades criminales, ya sea como objetivos o como parte de disputas internas.
Masacres que rompieron el silencio
El mes dejó dos episodios catalogados como masacres:
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Villa de Cordialidad: tres muertos y dos mujeres heridas en una confrontación entre dos familias dedicadas a la venta de estupefacientes.
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Palmar de Varela: víctimas relacionadas con disputas en el barrio Las Flores de Sabanagrande.
Once personas más resultaron heridas en ataques que no terminaron en muerte.
Violencia contra mujeres, una cifra que no cede
Noviembre dejó cuatro mujeres asesinadas en distintas zonas de Barranquilla y Soledad.
Con estos casos, el 2025 ya registra 52 feminicidios o asesinatos de mujeres, un dato que Medrano califica como “alarmante y rodeado de impunidad”.
A esto se suma la aún no esclarecida desaparición forzada de una madre e hija en Loma Roja.
Nuevo liderazgo en Policía y Fiscalías
El balance llega justo cuando el departamento recibe nuevos mandos:
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Coronel Miguel Andrés Camelo Sánchez (Mebar)
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Coronel Eddy Sánchez Sandoval (Atlántico)
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Nuevo director de Fiscalías en el departamento
Todos han anunciado estrategias específicas contra el sicariato, la extorsión y los delitos de alto impacto. Las comunidades esperan que estos cambios coincidan con el avance de las Mesas de Paz Urbana, instaladas en noviembre con participación de sociedad civil.








