Durante semanas —incluso meses— comerciantes, tiendas y administradores en distintos puntos de la ciudad denunciaron ser víctimas de un hombre que actuaba siempre solo: entraba armado, intimidaba a empleados y clientes, exigía el producido del día y luego escapaba tranquilamente en una motocicleta que lo esperaba apagada para evitar sospechas.
Ese presunto delincuente, identificado como Wilfer Pedroza, vio su rutina delictiva llegar a su fin este fin de semana.
Según el reporte policial, Pedroza ingresó a un establecimiento en la Avenida del Río, cometió el hurto bajo la misma modalidad —arma en mano y amenazas directas— y salió con el botín. Pero esta vez algo falló: la moto en la que pretendía escapar no encendió.
Los testigos cuentan que intentó prenderla varias veces sin éxito, mientras a su alrededor crecían los gritos de alerta:
“¡Ladrón! ¡Ladrón!”, comenzaron a señalarlo varias personas al verlo desesperado.
Intentó esconderse en un local, pero terminó reducido
Al verse acorralado, Wilfer Pedroza abandonó la moto y emprendió la huida a pie. Buscó refugio dentro de un local comercial cercano, intentando mezclarse entre los estantes.
Uno de los patrulleros que llegó en atención al llamado alcanzó a divisarlo y, tras ingresar al establecimiento, lo persiguió hasta lograr reducirlo y ponerlo bajo custodia.
En el exterior, varios ciudadanos —cansados de los constantes robos atribuidos al detenido— se abalanzaron contra la motocicleta del presunto ladrón y estuvieron a segundos de prenderle fuego. La intervención de la Policía lo impidió.
El capturado fue trasladado para su judicialización por los delitos correspondientes. Las autoridades confirmaron que investigan su presunta participación en otros robos cometidos bajo el mismo modus operandi, que había generado preocupación entre comerciantes de diferentes sectores de la ciudad.









