El sonido de las balas rompió la rutina y tiñó de sangre las calles del Atlántico medio

  Sabanalarga vivió este lunes una de esas jornadas que parecen sacadas del noticiero más sombrío. El reloj marcaba las 2:00 de la tarde cuando la violencia irrumpió sin avisar en la urbanización Florida. Dos jóvenes conversaban en la calle 20D con carrera 1 cuando fueron interceptados por sicarios a bordo de una motocicleta Bóxer negra, que les dispararon sin contemplaciones.   Uno de ellos, Víctor José De la Hoz Marriaga, de apenas 19 años, cayó al suelo con un disparo mortal en la parte posterior de la cabeza. Su traslado al Hospital Departamental fue en vano: ingresó sin signos vitales. A su lado, Francisco Javier Villalobos Pacheco, de 25 años, aún respira. Lucha por su vida con heridas en el tórax y el rostro. Su pronóstico, según el parte médico, es reservado.   Pero la tragedia no se detuvo ahí. Una hora y media después, ya pasadas las 3:30 p.m., el barrio 31 de Enero fue el escenario de otro atentado a bala. Esta vez, la víctima fue José Antonio Mendoza Murillo, de 38 años, quien recibió un disparo en la axila izquierda. Fue trasladado al mismo hospital donde aún permanece bajo observación médica.   La Policía de Atlántico ha desplegado operativos en la zona. Ahora no solo buscan respuestas, también buscan una motocicleta roja, marca Bóxer, en la que se habrían movilizado los responsables del segundo ataque.   Sabanalarga, un pueblo que suele moverse al ritmo del comercio y la cotidianidad caribeña, fue sacudido por el eco de los disparos. Las autoridades aún no han revelado hipótesis claras, pero la comunidad espera justicia, mientras la noche cae con más preguntas que certezas.