En la mañana tranquila del martes, en una de las zonas más exclusivas de Barranquilla, la rutina se vio interrumpida por el sonido seco de los disparos. Eran las 7:52 a.m. cuando Juan Carlos Montes Ricardo, al volante de un vehículo blanco, fue sorprendido por dos sicarios en moto en plena calle 100 con carrera 49C, barrio Villa Santos.
Lo atacaron sin previo aviso. Primero dispararon contra el panorámico del carro. Luego, cuando Juan Carlos intentó huir, lo alcanzaron con varios tiros que lo dejaron malherido. Heridas en el tórax, el brazo y la zona lumbar lo enviaron directo a la Clínica Portoazul, donde aún pelea por su vida.
Pero mientras los médicos hacían lo suyo, una serie de preguntas comenzaba a abrir paso entre los reportes policiales y los murmullos del vecindario. ¿Quién es realmente Juan Carlos Montes Ricardo? ¿Un empresario ganadero del departamento de Córdoba, como indican algunos registros? ¿O un escolta privado, como figura en otros documentos oficiales?
Dos versiones, una víctima
La dualidad en su perfil no ha pasado desapercibida para las autoridades. En algunos informes aparece como ganadero del municipio de Sahagún, mientras que en otros se le relaciona con labores de seguridad privada. Esa contradicción complica aún más la línea de investigación.
A esto se suma otro enigma: la cantidad de impactos de bala. El primer informe indicaba que Montes Ricardo había recibido cuatro disparos. Sin embargo, un reporte posterior habla de seis: uno en la región toracoabdominal, cuatro en la parte baja de la espalda y uno más en el brazo derecho.
Los atacantes: dos hombres con prontuario
La Policía reaccionó con rapidez y logró capturar a los presuntos responsables. Se trata de Cristian Alexis Zuleta López, de Cali, y Rafael Ernesto Valencia Paredes, procedente de Antioquia. Ambos tienen antecedentes penales que pintan un historial delictivo complejo: hurto, tráfico de drogas, porte ilegal de armas, concierto para delinquir, entre otros.
Además del arma de fuego usada en el ataque, fue incautada la motocicleta en la que se movilizaban, lo que refuerza la hipótesis de un atentado premeditado.
¿Ajuste de cuentas o encargo?
Por ahora, lo que más inquieta a las autoridades es el motivo detrás del ataque. ¿Fue un intento de sicariato por razones personales, económicas o criminales? ¿Tiene relación con su supuesta actividad ganadera o con un entorno de seguridad privada?
Las hipótesis están abiertas, y los investigadores no descartan ninguna línea.
Mientras tanto, Villa Santos, acostumbrado a la calma de sus calles arboladas y vehículos de alta gama, sigue tratando de digerir el eco de los disparos. Y en medio de todo, una pregunta sigue sin respuesta: ¿quién es en realidad Juan Carlos Montes Ricardo?