Lo que parecía un intento de atraco terminó revelando algo mucho más oscuro: una nueva víctima del terror que siembran las bandas criminales en Barranquilla.
Leider José Hernández Salcedo tenía solo 18 años. Soñaba con salir adelante mientras ayudaba en un negocio de comidas rápidas en el corregimiento La Playa, pero la noche del miércoles 25 de junio, su vida fue apagada por las balas en una calle del barrio Adelita de Char. Caminaba por la zona manipulando su celular cuando fue abordado por dos delincuentes. Según testigos, intentó resistirse. Tres disparos bastaron para dejarlo tendido en el suelo, sin vida.
Pero lo que inicialmente se manejó como un intento de robo, ahora toma otro rumbo. La Policía Metropolitana de Barranquilla confirmó que se investiga la posibilidad de que se tratara de un atentado extorsivo, uno más dentro del preocupante patrón de violencia contra pequeños negocios que se niegan a pagar las “cuotas” que imponen las bandas criminales.
Dos personas fueron detenidas tras el crimen. Uno de ellos, identificado como Gabriel Eduardo Jiménez Cortinez. El otro, un adolescente de apenas 17 años, sería quien portaba el arma homicida. Ambos, según las autoridades, harían parte de la temida estructura criminal ‘Los Costeños’, vinculada a múltiples casos de extorsión, sicariato y amenazas en la ciudad y su área metropolitana.
Los vecinos no salen del asombro. “Era un pelado trabajador, lo conocíamos desde pequeño, no se metía con nadie”, contó una residente del sector. Su historia, tristemente, se suma a la de muchas familias que están pagando con sangre la falta de control sobre el crimen organizado.
Barranquilla vive días de angustia. La extorsión se ha vuelto una amenaza constante para negocios grandes y pequeños. Y los jóvenes, como Leider, quedan atrapados en medio de una guerra sin tregua.