En el barrio Evaristo Sourdís, al suroccidente de Barranquilla, los vecinos empezaron a notar movimientos extraños en una vivienda modesta donde vivía una adolescente de 13 años con su abuela. Lo que parecía ser solo un rumor se convirtió en una investigación que destapó un caso de proxenetismo y abuso sexual que hoy tiene tras las rejas a dos personas.
La historia comenzó cuando la menor fue llevada de urgencia a un centro médico por problemas de salud. Allí, los médicos detectaron que padecía una enfermedad de transmisión sexual. El hallazgo encendió las alarmas y la denuncia llegó a manos de la Policía y el CTI.
Los investigadores siguieron el rastro y hallaron un patrón: la abuela, identificada como Ingrid María Meza Cantillo, de 59 años, habría entregado a la menor a un hombre adulto a cambio de favores y beneficios. Ese hombre resultó ser Pablo Rambal Pacheco, docente de la Universidad del Atlántico, quien presuntamente accedió sexualmente a la adolescente entre diciembre de 2024 y febrero de 2025.
La captura de Meza se dio en su propia casa, en un operativo de la Unidad Básica de Investigación Criminal con apoyo del CTI. Poco después, la Fiscalía también logró la detención de Rambal.
Un juez de control de garantías envió a la abuela a prisión preventiva por el delito de proxenetismo con menor de edad en circunstancias de agravación punitiva. El docente, por su parte, fue cobijado con medida de aseguramiento intramural por acceso carnal violento y demanda de explotación sexual comercial de persona menor de 18 años, ambos con agravantes. Ninguno aceptó los cargos.
Las autoridades señalaron que el caso sigue bajo investigación para determinar si hubo más personas involucradas y si la menor fue víctima de explotación durante un tiempo mayor al inicialmente establecido.