La noche cerró con violencia en el barrio Ciudadela, en Barranquilla. Eran cerca de las 11:00 p. m. cuando Víctor Alfonso Martínez Hernández, de 37 años, fue asesinado a tiros frente a la Taberna Madrigal, lugar donde solía pasar el tiempo y ganarse la vida atrayendo clientes para una residencia cercana.
Según testigos, una motocicleta llegó al sitio con dos hombres a bordo. Sin mediar palabra, el parrillero desenfundó un arma de fuego y descargó varias balas contra Víctor. Murió en el acto, sin oportunidad de ser auxiliado.
Los vecinos no se sorprendieron. Muchos sabían que el hombre tenía deudas pendientes con cobradiarios, y que desde hace meses recibía amenazas constantes. La calle ya lo había sentenciado.
La Policía confirmó que el occiso tenía antecedentes judiciales por porte ilegal de armas, violencia intrafamiliar y homicidio, lo que refuerza la hipótesis de un posible ajuste de cuentas.
Mientras el CTI adelanta la investigación, la comunidad guarda silencio. Una mezcla de miedo y resignación envuelve el ambiente, en un barrio donde la noche no siempre trae descanso… a veces, trae muerte.