El barrio Altos de Riomar, conocido por su calma y tradición en el norte de Barranquilla, fue sacudido en junio pasado por un crimen que dejó atónita a la ciudad: una pareja de adultos mayores, de 80 y 88 años, fue asesinada mientras dormía. Dos meses después, la Policía Nacional anunció la aprehensión de tres menores de edad —dos de 17 años y uno de 15— señalados como presuntos responsables.
Según la investigación, los adolescentes habrían ingresado a la vivienda con intenciones de robo. Sin embargo, la madrugada tomó un giro fatal: al ser sorprendidos o para evitar ser identificados, atacaron a las víctimas con objetos contundentes, provocando su muerte.
La captura se llevó a cabo en el barrio Rebolo, sector Aguas Mansas, al suroriente de Barranquilla, tras un operativo minucioso que incluyó más de 60 horas de revisión de cámaras de seguridad, entrevistas a testigos, elaboración de retratos hablados, reconocimientos fotográficos y recolección de evidencias clave. Uno de los aprehendidos ya tenía antecedentes judiciales por hurto cometidos en 2024.
La pareja asesinada, con más de 50 años de matrimonio, era ampliamente reconocida en la ciudad por su trayectoria profesional y por ser un ejemplo de unión familiar. Su muerte no solo dejó un vacío entre familiares y amigos, sino que también encendió las alarmas sobre la participación de menores en delitos violentos.
Las autoridades informaron que los jóvenes quedaron a disposición de la Fiscalía de Responsabilidad Penal para Adolescentes, mientras la comunidad barranquillera sigue exigiendo justicia y medidas más firmes contra la criminalidad juvenil.