El barrio Villa Adela, en el municipio de Soledad, atraviesa uno de sus momentos más críticos en materia de seguridad. En menos de ocho días, cinco personas han sido asesinadas en cuatro hechos violentos, una situación que mantiene atemorizada a la comunidad y ha generado un silencio casi total entre vecinos y líderes sociales.
La seguidilla de homicidios comenzó el 8 de diciembre, cuando Alan David Jaramillo Quiroz, de 21 años, fue atacado con arma de fuego mientras se desplazaba por una calle del sector. El joven fue trasladado a un centro asistencial, donde falleció horas después.
Un día después, el 9 de diciembre, un nuevo ataque sacudió al barrio. Dos hombres perdieron la vida mientras se encontraban en un establecimiento comercial, cuando sujetos armados llegaron en motocicleta y abrieron fuego. En el mismo hecho, otra persona resultó herida y tuvo que ser remitida a un hospital.
Las autoridades señalaron que el establecimiento donde ocurrió el atentado estaría siendo objeto de extorsiones, un factor que es analizado dentro de las líneas investigativas.
La violencia continuó el 11 de diciembre, cuando José Gregorio Jaraba Ortega, de 53 años, fue asesinado mientras se encontraba en la vía pública. Según las indagaciones preliminares, el crimen estaría relacionado con disputas entre estructuras criminales que operan en la zona.
El más reciente homicidio ocurrió el domingo 14 de diciembre, cuando Ramón Emilio Lagarejo Mosquera, de 62 años, fue atacado en la terraza de un local comercial. El hombre murió en el lugar, y las primeras hipótesis apuntan a una posible retaliación ligada a conflictos delictivos.
Este último crimen reavivó el temor entre los habitantes, quienes aseguran que la violencia ha cambiado por completo la dinámica del barrio, ubicado entre Renacer, Soledad 2000, Manuela Beltrán y Villa Monik.
Vecinos del sector manifiestan que prefieren guardar silencio ante el temor de represalias. Incluso líderes comunitarios han optado por no pronunciarse públicamente sobre lo que ocurre.
“Antes este era un barrio tranquilo, ahora se vive con miedo”, comentó un residente que pidió reserva de su identidad.
Las autoridades han reforzado los operativos en la zona y adelantan investigaciones para esclarecer los homicidios y establecer si existe una confrontación directa entre bandas criminales por el control territorial.
Mientras tanto, Villa Adela permanece bajo una atmósfera de incertidumbre y temor, a la espera de respuestas concretas que devuelvan la tranquilidad a sus habitantes.








