Este 11 de septiembre se cumplen 24 años del atentado terrorista que destruyó las Torres Gemelas en Nueva York, un ataque que dejó cerca de 3,000 muertos y marcó un antes y un después en la historia mundial. Entre las víctimas se encuentran 16 mexicanos, cinco de ellos plenamente identificados y once que nunca fueron encontrados entre los escombros.
Los mexicanos reconocidos por el consulado mexicano y las autoridades estadounidenses fueron Antonio Álvarez, cocinero poblano; Leobardo López, cuya ocupación se desconoce; Antonio Meléndez, parrillero originario de Puebla; Martín Morales, asistente de cocina de Tlaxcala; y Juan Ortega Campos, repartidor de Morelos. Estas víctimas tenían edades entre 22 y 42 años y sus familias recibieron apoyo económico del gobierno de Estados Unidos en el marco del Fondo Federal de Compensación para víctimas del 11-S.
Aunque estos cinco mexicanos fueron identificados, otros 11 permanecen en calidad de desaparecidos, sin que sus restos hayan sido hallados en la zona del desastre. Entre ellos figuran Arturo Alba Moreno (CDMX), José Manuel Contreras (Jalisco), Germán Castillo García (Estado de México), José Guevara González y José Antonio Santos Anaya (Aguascalientes), Fernando Jiménez Molina (Oaxaca), Alicia Acevedo Carranza, Víctor Antonio Martínez Pastrana y Juan Romero Orozco (Puebla), así como Margarito Casillas y Norberto Hernández, de orígenes desconocidos. Estos mexicanos trabajaban en diversas actividades dentro y alrededor de las torres, desde ejecutivos y mensajeros hasta personal de limpieza y restaurantes como el “Windows on the World”, ubicado en los pisos 106 y 107 del World Trade Center.
Por otra parte, Khalid Shaikh Mohammed, conocido como el cerebro detrás del 11-S, junto con otros dos acusados, se declararon culpables el año pasado de los cargos relacionados con los atentados, incluyendo el asesinato de casi 3,000 personas. Esta declaración buscaba evitar la pena de muerte y recibir cadena perpetua. Sin embargo, el acuerdo fue revocado por el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, tras críticas públicas, lo que mantiene abierto el proceso judicial. El juicio se ha prolongado durante más de una década, enfrentando dificultades por supuestas torturas y la validez de las pruebas recogidas.
Mohammed fue capturado en 2003 en Pakistán y está detenido en la prisión de Guantánamo desde 2006. Era uno de los lugartenientes más cercanos de Osama bin Laden y confesó su participación en otros atentados, incluido el asesinato del periodista Daniel Pearl en 2002.
A más de dos décadas del ataque que cambió la historia moderna, el recuerdo de las víctimas, entre ellas los mexicanos que perdieron la vida, sigue vivo. Además, el lento proceso judicial contra los autores mantiene viva la lucha por la justicia. Este 11 de septiembre, además de conmemorar la tragedia, es un momento para renovar el compromiso global contra el terrorismo y para honrar la memoria de quienes perdieron la vida en uno de los días más oscuros del siglo XXI.