El Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó este miércoles a Alexandre de Moraes, magistrado del Tribunal Supremo de Brasil, quien impuso medidas cautelares al expresidente Jair Bolsonaro, procesado por su presunto intento de mantenerse en el poder tras perder las elecciones de 2022.
De Moraes ordenó recientemente restricciones como el uso de una tobillera electrónica, la prohibición de usar redes sociales y un toque de queda nocturno para el exmandatario. Las sanciones, amparadas en la Ley Magnitsky, bloquean los bienes del juez en EE.UU. y prohíben a ciudadanos estadounidenses realizar transacciones con él, al tiempo que le impiden ingresar al país.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, acusó a De Moraes de encabezar una “campaña represiva de censura, detenciones arbitrarias y procesos judiciales politizados”, en la que incluyó el caso de Bolsonaro.
Esta acción se suma a la decisión del pasado 18 de julio, cuando la Administración de Donald Trump —aliado político de Bolsonaro— revocó el visado del magistrado brasileño. Además, Trump anunció un arancel del 50 % a productos brasileños como medida de presión diplomática.
La respuesta desde Brasil no se hizo esperar. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva reafirmó la soberanía nacional y advirtió sobre posibles represalias económicas frente a lo que considera una injerencia en asuntos internos.
El caso de Bolsonaro, vinculado a un presunto complot golpista junto con exministros y altos mandos militares, ha tensado aún más las relaciones entre Washington y Brasilia, y se suma a otros pronunciamientos recientes de EE.UU. en procesos judiciales de la región, como el que involucra al expresidente colombiano Álvaro Uribe.