“Me la destrozaron, por eso no me la dejan ver completa”, dijo Julio Rubio, la voz cortada, sobre el cadáver -cubierto con una tela gris- de su hija Ivonne, colombiana-israelí de 26 años asesinada el sábado durante la masacre por parte de milicianos del movimiento islamista Hamás en un festival de música electrónica en el sur de Israel.
“Está destrozada ahí donde está, ese es el resultado del terrorismo”, afirmó frente a los cientos de asistentes al velorio de la joven.
Ivonne, nacida en Israel de padres colombianos y que contaba con ambas ciudadanías, fue enterrada este jueves en el cementerio Har Hamenujot de Jerusalén, en una emotiva ceremonia en la que hablaron también el alcalde de Jerusalén, Moshe Lión, sus compañeras de trabajo y del servicio militar y amigos de la familia.
Los oradores la describieron como una “gran madre, persona e hija” y como un ser generoso y siempre alegre y sonriente.
“Me mataron a mi niña, desgraciados, me la mataron”, gritaba desconsolada su madre, Gloria, sobre el asesinato de su hija por parte de milicianos de Hamás, que se infiltraron desde la Franja de Gaza y mataron a más de 1.300 personas en Israel.
A su entierro asistieron también familiares y amigos de su pareja, padre de una niña de seis años y también colombiano, cuyo paradero aún se desconoce.
Tras una oración religiosa judía, el cuerpo de Ivonne fue trasladado en una camioneta al sitio en el que fue enterrada y sobre el cual se colocaron arreglos florales.
Las últimas cifras oficiales indican que al menos trece latinoamericanos han fallecido hasta el momento en Israel, siete de ellos argentinos.